miércoles, marzo 02, 2005

Reloj de marca unido a 3 anillos de valor, suena bien?

Estoy en una semana decisiva para mi futuro académico. ¿Porqué? se preguntará la audiencia, porque es un tiempo de ansiedad inevitable, el apronte para volver al bosque. El bosque es el lugar donde tengo que llenarme de destrezas y conocimientos sobre el movimiento, las enfermedades, los pacientes, las vias espinotalámicas y bla bla bla, es el nicho perfecto para mis angustias y depresiones post-juveniles, y porque no decirlo vocacionales.
Le llamo el bosque porque me parece un lugar recónditamente accesible, un bosque es eso, un lugar recónditamente accesible. plop. Tal es así, que prefiero ir de día y venirme a casa lo antes posible, porque si llega la noche y permanezco en sus dependencias, el riesgo de perderme sería muy alto. Eso me aterra. Soy un miedoso, lo se, pero el problema es que cuando pase la noche volveré a estar a merced de ojos conocidos, porque de amigos ni hablar. Entonces el bosque se transforma en una contradicción vital o mineral, alguna de esas, que de cierto modo complican mi delgada existencia. El bosque no es un paisaje donde filmar "the blair witch project 3th", porque los protagonistas regresarían a sus casas al día siguiente, y el guionista tendría que extremar recursos técnicos para forjar una historia deprimente. Sin embargo, este lugar accesible y recóndito es muy espeluznante por las noches, recuerden que está a cuadras de un cementerio, a pasos de una morgue, a segundos de un museo anatómico, o sea el fetiche de Olguín-Espejo, en mi caso para nada. Sintetizando, no es un lugar al cual le entrege mi vida, pero sí he aprendido a conocerlo y a visitarlo; por necesidad y lealtad no sé con quién. Entonces me doy cuenta que le temo a lo cotidiano, a la rutina, al existencialismo absurdo que comparto con los puchos (que imagen más ondera), le temo a los pacientes, que son unas personas hipersensoriales y delatoras, eso juega en mi contra. El bosque puede estas en mi universidad o en mi pieza, es móvil, se parece a una mochila que cargo en mis hombros, es paja molida.
Eso es el bosque.
Retomando lo de la semana decisiva...cri-cri-cri-cri...en efecto, es importante porque me permite controlar la agitación de volver a clases, de dominar al bosque, de madrugar como un obrero,aunque seguramente para otros es fuente de placer retomar las semanas planas.
Por todos estos motivos, esta semana la he planteado sanamente, he comido de forma decente, he fumado nada, he ido a correr, he ido a la piscina (como todo febrero) y ayer me encontré un reloj de marca unido a 3 anillos de valor, suena bien no? Como soy real, devolví el tesoro a una mujer guapisima, muy mina para sus treinta y tantos. Y me dijo, "ah gracias, se me tiene que haber caído de la cartera" en plan totalmente terrateniente, pero con una mirada hot. Yo bien igual, tuteandola.
Eso, es grato contar cosas cotidianas, sin caer en exhibicionismo, aunque lo anterior igual fue super expuesto. Mis argumentos se contradicen a veces, es que estoy madurando, estoy en un proceso. Se entiende no?.
OK. Voy a escuchar "concierto placer" (88.5) para remecer las hormonas y las mariposas de la guata.
bye bye miss american pie...

No hay comentarios.: