sábado, noviembre 19, 2005

El Abandono De La Droga


Imagino a la gente que consume droga y no veo a gente cobarde, sino a gente solitaria, dispuesta a confesar sus desarraigos con tal de obtener un poco de comprensión, dejando de lado esa necesidad infantil de consumir por un rato.

Supongo habrá un minuto donde la adicción toma un color natural, la razón es superada por el hambre, el cinismo se excusa de venir, las prisiones internas dependen de la dosis para inhibirse y poco importa el bienestar ajeno, incluso si nunca importó. Entonces la droga produce abandono y egoísmo.

Tal vez ahí esté cierta esencia de la psicología, tratar de encausar la soledad de las sensaciones "gratificantes" en una apertura realista y oportuna del afectado, tolerando su desolación para facilitar el reconocimiento de su afección.

Me mueve a un nivel sobrehumano la gente que carga esta cruz y que nunca ha sido esuchada, me irrita la piel encontrarme con excusas baratas ligadas a "la cuestión social", las mismas ataduras culturales del sida: sobre como relacionarse, como poder ayudarlos, como evitar el contacto, como dejarlos solos discretamente.

La droga aminora las ganas de pedir ayuda, modifica los patrones éticos encargados de elegir esa ayuda, impidiéndo convivir con la diversidad de la gente en la normalidad de la vida.

Debiese haber más preocupación por los problemas secundarios de la droga, más divulgación de sus malas consecuencias, su potencial discapacidad social, bajo una mirada profesional, responsable y sistemática, quitándole la caricatura de su ligazón a ciertos estereotipos humanos.

Ningún candidato ha planteado la droga como un problema ajeno a la "cuestión social", estamos maduros para algunas cosas parece.

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