Hay momentos fecundos para describir los planes y anhelos que nos mantienen alerta.
Al parecer hoy tengo ganas de soñar mediante palabras contextualizadas en un orden planificado.
Como llevo dos punto-aparte en menos de cinco líneas me dispongo a respetar la tradicion.
Me metí a un taller literario con un escritor septuagenario, ha escrito libros con vocación juvenil.
Basta de tradición. El taller se llama "¿Que leer y como escribir mejor?", me viene de perillas porque presupone cierto interés "literario" de sus educandos, cierta coherencia ética a la hora de emprender una aventura narrativa (en el sentido que para atreverse con la ficción se debe saber un poco como se ha construido esa ficción, por supuesto que descontando la carencia de situaciones vivenciales; aunque siempre voté por la realidad como alguien más generoso...), pero también presupone harta ignorancia junta como para organizar ideas creativas florecientes.
El título es un eufemismo puro. Presupone que escribes más o menos (por no decir nulo), y que si lees lo haces sin disciplina, especificidad y conciencia. Es hasta dictatorial en el terreno de las certezas instructoras, bueno que más da, escribir "bien" implica someterse al rigor del empeño. Solo que me entusiasma refutar el sentido implícito de una pregunta facista (¿que leer?), como si el señor Rosasco se lo hubiese leído todo (altamente probable) y tuviera millares de carpetas efectivas en sus refugios intelectuales. Pero él no tiene la culpa, el sistema (¿?) es responsable de tales aberraciones estéticas a la hora de bautizar talleres literarios. Igual estoy entusiasmado. Veremos como nos va.
(Lo más probable es que el taller sea muy hippie en su metódica y yo me tenga que tragar estas expectativas pesimistas).
También he pensado mucho en como será la segunda mitad de mis veintitantos. Ya pensar en eso te predispone a no querer repetir las mismas pavadas que han pasado hasta hoy, pero a la vez te esquematiza demasiado como para querer rockear de verdad, con guitarra en mano. Entonces mejor vivo al día.
Mejor me dedico a trabajar por esos "sueños" que mantienen vigil en la adversidad.
Guau, esto está mutando en mensaje bíblico con tintes marqueteros.
¿Se ganará plata vendiendo bíblias?
jueves, marzo 23, 2006
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