Como dice Gustavo Cerati, "la tarde está increible y quiero embellecerte más": tomo prestado el pulso estético de la frase con el fin de avanzar a una situación mental que me libere de ataduras insufribles que surgieron como manías inocentes. Al parecer el día de hoy, con su tiempo climático generoso, fue diseñado atinadamente para mí. Apuesto todo a que cada ser humano tiene su día, aunque sea una vez en la vida. Hoy creo que es mío, pienso aprovecharlo, porque también adhiero al ideal cosmológico de saber captar las señales que vienen de tu mundo exterior. Y vaya que señales me ofrece el cielo despejado de junio.
Hoy puedo estar tan iluminado que hasta me fluyen ideas arbitrarias en torno a la locura. Y bueno, no es tan difícil pensar la locura si tengo noticias de ella todos los días, sean estos iluminados como oscuros.
"Para mí, la locura fluctúa desde una humilde señora que se sube a la micro cargada de bolsas en plena vega central, y comienza a tararear una melodía zonza y vulgar, hasta aquella vieja pituca pseudointelectual que en reuniones sociales se te acerca con hálito a "old fashion" y te dice convencida: ciertamente Paulo Cohelo es tan poderoso como Jesucristo".
viernes, junio 29, 2007
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