Hoy había sido perfecto. Hice varios caramel macchiato, capuchinos, vainilla latte, moca blanco, varios, muchos, demasiados, varios seguidos. En rush de gente, en ráfagas de personas, preparando cafés como caballo ingles, aplicando recetas de memoria, pensando 1 segundo, moviendo las manos 2 segundos...y paf!..."Mariela, acá está tu capuccino descremado alto, gracias por venir Mariela que te vaya bien...y Mariela con cara de cemento...chao, gracias". Y yo persistiendo con la buena cara, relajado, produciendo, lucrando para los gringos, partiéndome el lomo para que después no pelen que no sirvo para el trabajo y yada yada yada (probablemente no sirvo, pero seguro soy el que más corazón le pone a la pega...y eso que me pagan como el orto...pero no vine a llorar). Todo iba bien, incluso crucé más de dos palabras con dos compañeras que de tanto cinismo que esconden quedarán calvas. Y una de ellas, con mandibula protruida, ojos cafés desafiantes, cuerpo de atleta amateur, aspirante a parvularia pero con nula empatía y solidaridad, la bautizé como "la cuestionadora", cero capacidad de delegar, cero confianza en sus compañeros, aparte cuando se agacha se le ven unos calzones tan desabridos que me mata las pasiones de inmediato. Y lo peor es que se jura "mina", pero es vulgar e infantil, y buena para el garabato, sobre todo el "conchesumadre". Horrible persona ella.
Bueno con la otra también crucé palabra, tiene unos ojos diabólicos, como de muñeca de losa maldita...y vaya que es mandona. Y tampoco delega nada y confía menos. Y tiene un tatuaje en las espinas ilíacas, en donde súbitamente la espalda cambia de nombre, so reñaca, so kamazú, so "mina", etc. Todo bien hasta que vino el tipo de la fumigación, y justo yo venía de botar la basura, cuando llegué todas mis compañeras estaban con sus pilchas afuera de la tienda esperando que terminara de fumigar, excepto yo que tuve que entrar a sacar mis pilchas y además absorber como un kilo de neoprén ultra tóxico que hasta ahora, hora y media después, aún me tiene agueonao...estoy volado pero con rabia...mi trabajo vale hongo...no sé para que me vendo por tan poco...
Soy un tonto.
lunes, agosto 20, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
eso solo puede suceder cuando nos gusta demaciado lo que hacemos...
saludos
Puede ser encasaorate:::, aunque en mi caso no. Soy un hombre muerto caminando en ese trabajo, mi vocación me llama desde otros parajes.
Saludos también
es como más del 70% de la gente que trabaja. La gracia en todo caso es que sabes que es así. El resto, no lo sabe. Y además necesita la plata para la micro, para el dividendo y se le acabó. Gente que no sabe que es caramel machiato. Qué bien que tengas esa posibilidad. y volarse con neoprén igual es cuico. la gente de verdad se vuela con pegamento para neumático para bicicletas. me refiero a que al final no están funado la cuestión. sino al contrario.
pobres pájaras como las describes jajajja.... no será tiempo de trabajar en algo que te guste?
muy buena tu visita por mi blog,, saludos
Publicar un comentario