Me cansan las explicaciones, simplemente pienso que uno debe hacer lo que se le cante el orto.
A Luca Prodán, en Italia, según el artículo A-28, lo consideraron enfermo mental, por lo cuál no pudo trabajar como funcionario estatal ni menos pudo sufragar. Por supuesto que el pelado se crispó de alegría cuando cayó en cuenta que su estilo de vida había sido validado en la "legalidad de las cosas", y no precisamente en el artículo A-27 (que era para drogadictos...no porque él no lo fuese sino porque en ese minuto se declaraba más alcohólico) ni tampoco en el A-29 que clasificaba a los maricones.
La enfermedad mental valida el desparpajo, suena bien.
A la vuelta de mi casa vive un hombre mayor, en una tremenda casa, con gran antejardín, piscina, garage, manzarda y en cuyo patio trasero se asoma colosal una antena (supongo) de celular. Ojalá no esté haciendo metástasis a los tobillos.
El tipo pasa sus días entregado al ocio, es lo que se advierte de sus andanzas al kiosko de la esquina, para surtirse de diarios y revistas, charlas livianas al pasar, silbidos desentendidos de tensión, paso moderado aunque conocido, semblante solitario e indefenso. Incluso podría aseverar que le faltan algunos dientes, pero eso no lo resta de un saludo cordial al pasar, ni menos un jugueteo meloso con mi perro ladrador.
Alguna vez creí que por su modo de caminar y su forma de reir padecía alguna enfermedad mental, pero de lo que nunca dudé fue de su segura libertad con su actuar, turbio o claro, lento o rápido, felíz o infelíz, seguro actúa con ese adjetivo que tanto me satisface desde hace un tiempo llamado desparpajo, y merece mis más absolutos respetos y admiraciones por eso.
Give some truth de Lennon...gran canción
viernes, diciembre 21, 2007
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