martes, noviembre 18, 2008

Peces de Colores

Alguna vez escribí la presentación de un programa radial virtual, fué esto, pero nunca lo grabé...

Leyendo unos cuentos de Raymond Chandler, aquél escritor oriundo de Chicago cuya gracia más concreta, aparte de haber llegado a ser un alto ejecutivo de una petrolífera hasta 1932, fué llevar el género policial de novela a un punto alto (sino el más alto) que ha tenido en el tiempo. Y haber escrito un cuento llamado Peces de Colores que hoy lo tomo prestado para bautizar éste experimento radial/virtual.
Decidí bautizarlo así no por alguna conexión especial con dicho cuento, ni tampoco porque alguna mujer de la cuál podría estar enganchado aún me lo haya recomendado, es simplemente una cuestión práctica: a modo de introducción del cuento viene una declaración de principios ética y estética por parte de Chandler sobre todo lo que se debe hacer (y no hacer) para crear una buena historia policial, y no puedo sucumbir a las declaraciones de principios o manuales de artefactos eléctricos, que vienen a ser lo mismo.

Tomando como pié forzado esos puntos declaratorios, procedo a compartir con uds. el manual de principios de este experimento radial/virtual llamado “Peces de Colores”:

  • Hacer el programa de radio/virtual perfecto es imposible.
  • Un programa de radio/virtual rara vez llega a ser un buen programa de banda f.m.
  • Hablar de amor casi siempre debilita un programa radial/virtual, porque de eso está lleno en el a.m y f.m Quizás la única forma de amor eficaz del cuál debiese hablarse es el que se acompañe de sexo, drogas y rock and roll.
  • Los personajes, el ambiente y la atmósfera de los que se hablen deben ser realistas, aunque no necesariamente contingentes. No es un programa periodístico, es un programa de nada en especial y de todo en particular, pero nunca tanto como Seinfield.
  • El elemento de misterio debe tener cierta presencia, o algun elemento que atraiga, para que al menos los auditores sobrepasen la difícil barrera de los dos minutos iniciales.
  • Es probable que pasando la barrera de los dos minutos iniciales se pueda contar con algunos auditores.
  • El programa radial/virtual no deberá sobrepasar los treinta minutos.
  • No es un programa exclusivo de música y literatura, aunque así lo parezca, pero deberá tener al menos tres canciones.
  • Que exista alguien incapaz de soportar mi programa radial/virtual se tratará, sin duda, de un mentecato, un mentecato inteligente- es posible- pero de todos modos un mentecato.

Si el programa lo grabase hoy, partiría con la última de Aimee Mann...


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