miércoles, mayo 25, 2005

WHITE STRIPES:BIPOLARIDAD SALUDABLE.

"Finalmente la gente va por las canciones". Es la premisa consagrada a las bandas que no encajan ni en el mainstream ni en el indy. O porque son demasiado indy para el mainstream, o porque son demasiado mainstream para el indy. Algo de eso hubo ayer en el Victor Jara Arena, cuando The White Stripes se plantó con convicción a tocar su música bastarda. Bastarda de buena familia por cierto.
Siendo Chile un híbrido en desarrollo cultural, presentando un público que quiere zafar de la obligación productiva y acceder raudamente a la música del primer mundo , no tiene gran fin preguntarse por el porcentaje de asistentes que realmente fueron a ver al dúo desde la ingenuidad, sin mayor pretensión que comprobar si la renovada propuesta interpretativa no era un artificio de estudio moderno. Asunto no comprobado ayer, por el contario, refrendado por dos músicos de altísima coaptación, tanto en lo sonoro como en lo artístico.
Eso fué lo grato de anoche, recibir una sofisticada demostración de rock and roll crudo. Sin mediación. Música del alma, destacada por su simpleza, inocencia y emotividad, cubierta completamente por un manto de gracia. Todo eso le llevo el dúo White, reafirmando el luminoso momento por el que pasan.
Me alegró saber que existen bandas que aún conservan la pasión como bandera de lucha, sin desmerecer el virtuosismo de Jack. Punto aparte, porque él es el padre de familia, o más bien el hermano mayor, que orienta a su partner en cada momento crucial del show. El rol de predicador equilibrado le dió mucho estilo a canciones que nunca habría valorado. Es lo bonito de ver música en vivo, con músicos entregados, de esos que conmueven.
Lo pase estupendo porque me encontré con gente real en el escenario; con una honestidad brutal en sus composiciones, no esa honestidad vaginal que profesa la farándula criolla (no te ofendas Pamela Díaz, nada personal). Esa verdad implícita en los gestos de mover las cuerdas, de cantar fuerte, cambiandole el sentido a las melodías, como alguién que sufre de bipolaridad resuelta. Una bipolaridad saludable.
Paz

Dedico esta cápsula musical a Pablo, mi brother que me acompañó gustoso al recital. Y agradezco a Mónica (radio concierto) la generosidad conmigo.

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