
Aprovecho la hora del almuerzo
para hacer un examen de conciencia
¿Cuántos brazos me quedan por abrir?
¿Cuántos pétalos negros por cerrar?
¡A lo mejor soy un sobreviviente!
El receptor de radio me recuerda
mis deberes, las clases, los poemas
con una voz que parece venir
desde lo más profundo del sepulcro.
El corazón no sabe que pensar.
Hago como que miro los espejos
un cliente estornuda a su mujer
otro enciende un cigarro
otro lee Las últimas noticias.
¡Qué podemos hacer, árbol sin hojas,
fuera de dar la última mirada
en dirección del paraíso perdido!
Responde sol oscuro
ilumina un instante
aunque después te apagues para siempre.
3 comentarios:
Francisco... hay días en que el corazón no sabe qué pensar, otros días sabe demasiado...
me gustó mucho tu hora de almuerzo, c.vial
Pancho,
me había alejado de los blogs ultimamente... veo que hay harto que leer en estas páginas... aunque las "conversaciones" me dan un poco de pudor leerlas, por lo que las dejo para PM y CV.
Saludos de vuelta y viva Parra, mierda!
Es bueno aprovechar la hora de almuerzo en otra cosa... y recomendable hacerlo.
Saludos
Publicar un comentario