viernes, marzo 24, 2006

Caracol Azul


Hoy tuve clases en el caracol azul (poleoterapia). Si, el recinto con aires míticos para los periodistas deportivos de mega y chilevisión. Aquél donde entrena el equipo de fútbol al cual adscribo con afecto.
Llegué a las 11:45, después de tomar una micro en pedro de valdivia con bilbao. Llegué con buena disposición, como cuando me juntaba a pichangear con los amigos de la cuadra, cuando tenía entre 8 y 12 años. Tiempo en el que antes de pelotear, capeaba el calor amordazante del verano jugando nintendo, viendo tele (extra jovenes con Comparini), peleando con mi hermana, bañándome en alguna pisicina de plástico. Eran pichangas amables, donde la maña por pegarle bien al balón crecía exponencialmente, tanto como la inseguridad. Me gustaba jugar con amigos de temporadas parciales, transitorios, venidos de otros lados, otras calles, anhelando hacer de sus tardes algo más que un paseo a casa de los abuelos. O bucando hacer amigos nuevos, acompañando a sus madres que trabajaban en alguna casa ajena. Mediante un lugar fraternamente imparcial como el futbol.
En fin, lo pasaba mejor cuando chico, vaya obviedad, quién no.
Escucho "marihuana boogie" de Manu Chao, quién justo ahora debe estar deleitando a un público ávido de mensaje valiente en clave fusión interracial.
Hace tiempo no fumo, quisiera estar volado ya ! En parte para evadir, en parte para relajarme.
En mayor parte para gozar.
¿Todos queremos gozar?
De vuelta en el caracol, compartí el paso práctico con 6 compañeros, de los cuales dos muy pelotudos llevaron la camiseta de sus respectivos clubes (católica y colo-colo), en una alianza estratégicamente pendeja de querer burlarse del recinto y más aún de los propios jugadores; Los mandé a la mierda, les dije que no estabamos por un asunto de fanaticada (en mi caso azarosamente si), que respetaran a los demás que no compartíamos su gesto. (En un minuto que los jugadores de la U se acercaban hacia nosotros, después de su entrenamiento, estos dos pasteles hicieron el amague de sacar la camiseta, y yo en tono desafiante les dije que no tenían las bolas para hacerlo...me dieron la razón). Saludé a colocho Iturra, me preguntó que porque estaba ahí, fue muy tela; Lo mismo Droguett y Ponce;algo más frio matador, pero igual respetuoso y amable. Lo más grande matador.
Eso. Fue un día de encontrones, aciertos , malas caras, tensión en la guata, pero orgullo, gigante orgullo del que siempre salimos mejorados como personas.
No me gusta que me pasen a llevar, cuando me tocan a los mios saco los puños, soy fanático, es malo serlo, pero soy no más. Que tanta explicación.
A las 1 tengo un carrete con alcohol gratis, en una casa de un becado del san juan, amigo de pelambres (pelaes), ojalá haya música del tipo dance punk, asi como The Rapture.
The rapture no estaría mal, hasta puede que baile.
Nos seguimos.

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