miércoles, octubre 08, 2008

Tanta ropa

Con el paso del tiempo más me doy cuenta de lo bueno que es estar sano. El problema de la salud es que la valoras cuando la pierdes (como tantas otras cosas), y el mayor problema es que todo problema de salud está regido por la mente. Un dolor de codo no sería lo mismo si es que no hicieramos conciente la experiencia del dolor de codo, estoy casi seguro que dolería menos si no tuviesemos conciencia. Otro gran escollo de tener una mente es la somatización, creo que la caspa es una muestra de eso. Cada vez que me aflige algo lo somatizo con caspa o dermatitis, es una alianza casi estratégica a esta altura de mi vida. Lo más terrible de escribir sobre enfermedades, salud, bienestar, dolor, es que uno inevitablemente cae en palabras técnicas del tipo biológicas, fisiológicas, anatómicas o epidemiológicas, y viniendo de alguien que trabaja en "salud" no refleja grados excelsos de originalidad respecto a la mirada que se tiene del mundo. Eso sin mencionar lo poco sexy que implica hablar en tono achacoso teniendo sólo 26 años. Si tuviera que seleccionar una forma de somatización terrible, macabra y represiva elegiría la angustia. Pienso que la angustia es igual al miedo pero sostenida en el tiempo, imborrable, eterna, punzante, cancerosa, paralizante, que acorrala las esperanzas de vivir aunque sean cosas insignificantes o muy primitivas. El gran desafío del hombre posmoderno, intuyo por experiencia propia, es vencer toda forma de opresión, física, psíquica, social o industrial, cruzar el puente del miedo, derrotar toda forma de stress, expandir el alma hacia lugares desconocidos y vivir controlando las sensaciones, vértigos y deseperanzas.
Yo creo que Dios es muy generoso y equitativo, sólo que a veces se pone cagado.
Nada personal, aunque toda forma de escritura es cualquier forma de desnudo.

Y yo estoy cansado de andar con tanta ropa.

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