
El mayor acto poético de mis últimos años (y de la vida tal vez) lo sufrí hoy en la micro que tomé para transportarme de la facultad a la casa.
Los sensores cósmicos se confabularon para movilizar la tierra a razón de que la música andina fuese valorada por una pareja de hippies, pobres en lo material, dichosos en su mirar, al punto de convertirla en una fuente digna de sus ingresos económicos. Asi fue como se subieron a la micro que me transportaba (411), por la puerta de atrás, con previo permiso virtual del chofer, él con guitarra añeja en mano y zampoña rudimentaria fijada al cuello, como usando una armónica, ella con un bombo humilde y místico. Grande fue su impresión al detectar la presencia de un vendedor de lapices, con corbata ajada, algunos dientes ausentes, de mirada ligera, lleno de energía para levantar la olla; grande fue la impresión de los hippies por la mirada humana que le regalaron al vendedor. Yo estaba ahí. El acto poético sobrevino cuando él, guitarrista esforzado, le pidió al vendedor que los presentara "cuál programa de tv", diciéndole asi: "Ya socio, diga que volvimos de comerciales, y nos presenta", a lo cual el vendedor afable, agradeciendo tácitamente que los hippies le hubiesen respetado su ofertón de lápices , accedió en tono ceremonial: "Damas y caballeros, con ustedes los nuevos Illapu", para finalizar el acto con risas recíprocas, de apoyo moral, humanitario y artístico.
Porque convengamos que ambos, vendedores y cantores, vaya que son artistas.
Me odio a mi mismo por sonar gratuitamente benevolente con gente humilde, como haciéndome el "neopobre", el cuico sensible, pero asi me sale no más.Podría arguir en mi legítima defensa que no soy constante en esta práctica, tan visceral a mi entender.
Ahora me voy a un paseo (de) formativo a Pichidangui, para la asignatura de terapia deportiva y recreativa, es la antesala de un gran paseo que haremos en Octubre, cuando apadrinemos a un paciente discapacitado (niño) y tratemos de insertarlo en un contexto de rehabilitación biosicosocial.
Al menos este paseo no es tan demandante, asi que algo de (de)formativo (ron, tequila, piscola) lo espero para mi bien.
Y para exultar mi locura.
Nos entendemos por ahí.
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