lunes, marzo 26, 2007

No hay caso, escribir me calma.

  1. La forma que tienen algunas personas para caminar, revela, de cierta manera, sus pensamientos recurrentes y sinuosos que surgen en un determinado instante. Yo creo firme en aquella idea que existe una mochila invisible de vivencias importantes y determinantes en la historia personal de un individuo, y más firmemente creo que esas vivencias tienden a ser traumas insufribles que a la larga o a la corta terminan por asomarse y comprimir cada uno de los músculos y huesos que permiten erguirse por la vida.
  2. Me parece que la gran diferencia entre las personas radica esencialmente en la mirada que cada uno hace de esta vida, más allá del presente, el agobio, y la rutina, una forma especial de capturar ese presente y darle una interpretación única, que permita seguir viviendo con la seguridad de poseer un estilo irrepetible de comprender el sentido de las cosas que nos suceden. Tal vez una herramienta natural de defensa para no sucumbir ante tanta pregunta irrespondible que aparece conforme nos pasan más vivencias desconcertantes, y eso hay gente que no lo entiende, esos mismos que insisten en cuestionar el ánimo de los que somos taciturnos.
  3. Los malos días seguro pasan y seguro volverán a presentarse, el tema es cómo hacer para resucitar las fuerzas humanas que en un mal tiempo fueron la salvación necesaria y que en esos nuevos y malos asomos se dificultan en renacer.
  4. Me gusta caminar por la calle, aunque no pueda apreciar con total entrega lo que veo, pero sí reconozco un alivio potente el estar siendo parte de un paisaje humano y misterioso que como un "todo" se muestra más imponente que como una parte de quién sabrá qué. Esa idea me calma bastante, me frena el egoísmo y la pavonería, me valida como una diminuta pieza de un rompecabezas, diminuta pero indispensable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A vos te calma escribir pero los demás nos volvemos locos. Ya se me fue la apatía. Ahora me quiero matar, Pancho. Me voy a pensar en lo que escribiste. Por qué en la mochila sólo hay traumas insufribles? No hay espacio para lindas vivencias?