Es un destino circular, que gira en el mismo lugar
No tengo ganas de seguir, quiero salir en libertad
Tantas veces me he sentido así. Yendo a ningún lugar. De esa incertidumbre ha brotado luz en los momentos más ridículos. Y está bien que lo haga, porque sino me habría despachado hace tiempo. A medida que escribo y releo estas líneas me asombro de los muchos lugares que puedo visitar con un puñado de palabras bien dispuestas, como si fueran mi armamento poderoso contra enemigos bípedos que usan remeras con la palabra desesperación al centro. Es posible que carezca de endorfinas inmediatas ganadas en un ejercicio matutino y eso esté acechando mi optimismo primaveral, pero en el fondo sé que no estoy bien, no soy el modelo de tipo feliz que enarbola una vida próspera. Vaya que no. Prefiero ser honesto con mis ideales (tan distorsionados a esta altura) para limpiarme el parabrisas interno y comenzar una nueva senda de anhelos vitales. Que me permitan seguir mirando el cielo sin cuestionarme porque existe un cielo. Parezco mina quejosa y latera, pero en el fondo soy un hombre que sigue creyendo en la posibilidad de ser feliz a partir de la infelicidad.
4 comentarios:
Vaya, sí que me interpreta en gran medida en estos momentos tu breve y preciso texto.
Gracias Jorge, espero no por mucho tiempo.
vaya joven, que bien que escribe usted, supo decir claramente lo que yo ni puedo pronunciar
marcela.
wena...marcela paz o marcela campos?
Publicar un comentario