viernes, agosto 15, 2008

No hay maldad que dure cien inviernos


Es rico dormir con alguien, pero debo admitir mi desorden y egoísmo con las frazadas.
Otra cosa...
Hay momentos de la noche en los cuales me despierto sediento, con los ojos rojos, los músculos contraídos, las manos heladas, el equilibrio fragmentado, la conciencia aturdida, los hombros tensos, el pudor exaltado, la memoria imprecisa, el pulso aumentado, momentos de liberación terrenal que bien le hacen a mi cuerpo a pesar de su decadencia.
Otra cosa...
Aunque todo lo nuevo que te suceda en vida sea absolutamente viejo en la misma, siempre será diferente y por eso nuevo a la vez para cada persona, por la forma particular que cada uno sobrelleve esos lastres o esas sinfonías.
Otra cosa...
"¿Quién fuera la música que te hace bailar para sumergirme en tus hermosos sentidos?"
Otra cosa...
Recuerdo de niño, no más de diez años, jugar repetidas veces en el patio de mi casa, un patio generoso en espacio, con un helecho que funcionaba como poste de arco improvisado, con pasto y maleza pura, destinados a albergar mis jugadas estratégicas de partidos imaginarios, sublimes, épicos, caracterizados por goles de último minuto, jugadas heroícas observadas con asombro por la chica de la liebre que me gustaba, todo comentado con excesivo sentimiento por el relator encarnado en mi, el mismo que oficiaba de goleador incorregible.
Añoro esos días.
Otra cosa...
Viene Bill Callahan al teatro oriente, servirá para encontrarme conmigo, tal como cuando iba a misa en mejores días de mi vida.

No hay maldad que dure cien inviernos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

day.

Pancho Ramírez dijo...

http://www.192.cl/blog/bill-callahan-en-chile/

es en el normandie, no en el oriente, en menos de un mes más.

Beso.

Anónimo dijo...

Que bueno que no te vayan a dejar solo, me alegro por ti.

Gonzaloieb dijo...

Es bueno acordarse de todas esas "otras cosas"

Saludos