domingo, abril 24, 2005

Perderse en las calles.

Reconozco mi gusto por este ejercicio impulsivo y neohippie, propio de McCartney en sus dias "letiberianos", propio de alguién que busca permanentemente algo sin encontrarlo.
Seguramente ahí está la respuesta de mi comportamiento especial, de permanente investigación humana, ligado a la necesidad de afecto, relacionado a la desesperanza, comportamiento algo ambiguo después de todo (no me malinterpreten por favor).
Ese afán de conocer nuevas caras, nuevas calles y nuevas casas, me ha provisto de muchas caminatas sin sentido, algunas veces con walkman, la mayoría sin el, provocando estados anímicos cambiantes y agotadores.
Han habido rutas más excitantes que otras, en donde la sensación de abstracción temporal se ha dejado caer súbitamente, como si estuviese en otro país, en otra época, respirando aire ajeno, colonizando mi propio destino. En esos momentos siento una alegría indescriptible, como una reafirmación inconsciente de que la vida tiene sentido, que aún falta mucho por conocer, que no todo es tan malo ni bueno. Por supuesto que tengo conciencia cardinal a la hora de "perderme", sin embargo, intento desmarcarme del contexto urbano presente, concentrandome en las emociones que van surgiendo en el camino.
Muchos momentos de angustia han aparecido, determinados por el efecto lumínico del paisaje, influídos por la indolencia humana, aumentados por mi recurrente inconformismo con la sociedad, exagerados por la nostalgia arraigada. Según esto, es un acto masoquista el perderse por las calles, no goza de un equilibrio básico parece... mmm, puede ser; tal vez nos gusta sufrir deliberadamente para luego obtener una compensación placentera, que nos oriente un poquito más.
El acto de perderse en las calles abraza un valor escencial de la condición humana como es la observación. Ella, a su vez, es un componente indispensable del razonamiento humano y de la imaginación, dos conceptos presentes en el caminar, conceptos que construyen nuestra realidad.
Dije que perderse en las calles responde, en mi caso, a una necesidad de afecto. Con esto me refiero al valor que le doy al descubrimiento (de nuevos territorios), como símbolo de amor, de entrega, de compromiso y de cariño. ¿Que es enamorarse?...descubrir, enterarse de alguién, reflejarse, conocer; por ese motivo me pierdo en las calles, para regalonearme un rato, para reinventar mis emociones, para enamorame de mi destino, construirlo al andar.
p.d: quizás no se entienda del todo mi argumentación, no importa pq me cuesta mucho expresar lo que siento cuando camino solo por las calles. Tal vez no soy el único. Obvio que no!!!

1 comentario:

Phinx dijo...

Disfruto perderme en las calles, supongo que espero encontrarme con la persona correcta, suena de película, pero seria genial.
Saludos.