domingo, mayo 01, 2005

TEARS FOR FEARS


Yo acostado en mi cama, leyendo las páginas sociales del mercurio, despotricando contra el poder fáctico de los apellidos raros, esos con hartas erres, como si de algo aportara a la redistribución del ingreso. En fin. Asi soy yo, perezoso los domingos en la mañana, inconsecuente políticamente hablando (porque leo el mercurio) y con algo de suerte también (quiero creer eso). El hecho es que llega mi madre, entra a mi pieza sin golpear (nunca lo hace), se sienta a los pies de mi cama y empieza a llorar como cabra chica, creo que de angustia e impotencia. Juro que es la sensación más insegura que conozco, ver flaquear a mi madre tan fácilmente, quebrarse de forma inesperada, como cuando la pena es más fuerte que el juicio. No es que sea una super madre inhabilitada para el llanto, al contrario, es una tía super sensible como diría una amiga vasca, con hartas erres en su apellido. Ok con que mi vieja llore, el punto es que le lleva bastante tiempo contarme el motivo de su aflicción, creando un paisaje desolador en mi mente, repleto de colores "pantano", cargado de pesimismo existencial, ese que tan bien le hace a mi futura úlcera. Un momento para olvidar sin duda alguna.
Una vez que le exijo me cuente lo que le pasa, se calma un poco, toma aire y se lanza a la pileta. Me dice que tiene pena por mi hermano, que lo nota mal anímicamente, un poco depresivo, con poca luz en su rostro. Todo esto a raíz de un comentario que le hizo Pablito (mi hermano de 15 años) a mi padre, cuestionando el ritmo monótono de la vida, la cotideaneidad de los años, la desgracia de vivir sufriendo finalmente. Además, el contexto en que Pablito formula su descargo es luego de una fiesta, su cuarto carrete en vida, con la cara larga por abandonar a sus amiguitos tan temprano (3 a.m, la misma hora a la que me vengo de la batuta los viernes,yo pailón de 23). Entonces mi mamá se pone en una situación de frustración absoluta, sacando a relucir preguntas filosóficas sobre su desempeño en la crianza. Como no soy padre, me es dificil empatizar con su propuesta y trato de pensar en algo que salve la situación. Entonces le digo que ella ha sido una excelente mamá, pero que se tiene que relajar más con estos temas porque le hacen mal. Por dentro me siento peor, porque en el fondo no se que decirle, me complica ser objetivo en estos casos, al menos lo intento. Posteriormente le digo que son etapas, que la adolescencia es eso, adolescer, padecer la vida; es un transito deleznable, pero también es una oportunidad para encontrarse con la esperanza de vivir. Seguramente a mi vieja le preocupa que mi hermano, en un momento de apuro, atente contra su integridad (valga el eufemismo en este caso) y que nosotros como familia no hayamos podido ayudarlo.
Finalmente me pide que me comunique más con Pablito. Yo le digo que trato de hacerlo, con cierta frecuencia, pero que ya no es lo mismo que antes, cuando eramos más niños, cuando él reía desenfrenadamente con mis locuras. Es otra etapa, son otros comportamientos, es otro mundo el que lo acoge.
Le digo a mi madre que esté tranquila, que la vida tiene muchas cosas a las que aferrarse. Me interrumpe y me dice que el amor es una de esas cosas, le digo que aprender a silbar es otra de ellas (se caga de la risa) y que no sobrevalore el amor porque la amamos demasiado como para pregonarlo constantemente. Asi no más. Luego se va y me dice que esté tranquilo, yo me quedo tranquilo, simplemente porque también viví estas cosas, aún las padezco.
Doy vuelta la página de vida social y cambio el dial de la f.m, aparece tears for fears cantando "woman in chains"...una canción que simboliza este comentario. Tanto por el nombre de la banda como el de la canción.

Te quiero Ema. Te quiero Pablito.

2 comentarios:

De paso dijo...

que bello escribes.. up's por quedarme leyendo tu texto se me cayó una gota de mi sour en el teclado... al menos no es baba.

Gonzaloieb dijo...

Los hermanos, las madres... uffff hayq ue tener la cabeza muy bien para soportar tanta presión. A veces, no la soporto... la presión digo.
Saludos